Entre bastidores en los laboratorios de Colorfix
30 de outubro, 2025
Detrás de cada producto de alto rendimiento de Colorfix hay un minucioso trabajo de investigación, desarrollo y control. Es en los laboratorios de la empresa —el Laboratorio de Desarrollo (LDS) y el Laboratorio de Control de Calidad (LCQ)— donde la ciencia y la tecnología se unen para garantizar que cada concentrado de color satisfaga con excelencia las necesidades de los clientes.
Laboratorio de Desarrollo (LDS): creando colores con precisión y propósito
El Laboratorio de Desarrollo es responsable de transformar ideas en soluciones de color personalizadas. Es allí donde nace el concentrado de color (masterbatch), desarrollado de acuerdo con las especificaciones técnicas de cada cliente, desde el tipo de material polimérico y las condiciones de procesamiento, hasta los requisitos de toxicidad y la aplicación final del producto.
El proceso de desarrollo implica una serie de etapas técnicas y analíticas. «La selección de la pigmentación se realiza con la ayuda de herramientas de alta precisión, como el espectrofotómetro, además de análisis visuales y pruebas en banco que simulan el proceso real del cliente. Cada color también se somete a un análisis en cabina de luz, lo que garantiza la fidelidad y la consistencia del tono», explica la coordinadora de Investigación y Desarrollo (I+D), Janin Costa.
Según ella, el laboratorio cuenta con una amplia base de datos de colores ya desarrollados, lo que permite optimizar el tiempo de respuesta a las demandas. Las muestras pasan por todo un proceso de preparación, extrusión, control de calidad y validación final, lo que garantiza que el cliente reciba una solución fiable y lista para su aplicación.
En la actualidad, el LDS está compuesto por 22 profesionales altamente cualificados, entre técnicos y licenciados en Química y Polímeros, además de ingenieros. Juntos, no solo trabajan en la creación de nuevos colores, sino también en la investigación de aditivos de rendimiento y la caracterización de materiales, impulsando el avance tecnológico de Colorfix.
Laboratorio de Control de Calidad (LCQ): garantizando la excelencia en cada etapa
Por su parte, el Laboratorio de Control de Calidad tiene como misión garantizar que todos los productos de Colorfix, tanto los nuevos desarrollos como los artículos de la línea, cumplan rigurosamente con las especificaciones técnicas exigidas.
El sector realiza el control de calidad de las materias primas, evaluando lote por lote para garantizar que los insumos se ajusten a los estándares definidos en la homologación. Este cuidado es esencial para evitar desviaciones en la producción y mantener la consistencia de los resultados.
«En caso de reclamaciones de los clientes, el LCQ desempeña un papel fundamental en la investigación y resolución de los problemas. El equipo analiza en detalle cada etapa del proceso de producción, identificando si la reclamación es procedente e implementando mejoras siempre que sea necesario», destaca Janin.
Entre los análisis realizados se encuentran:
• Evaluación de la piel, homogeneización y granulometría
• Verificación del corte, colas, agujeros y aspecto general del grano
• Pruebas de humedad, porosidad, dispersión, fluidez y densidad
• Aplicaciones en drays, calandras, inyectoras y extrusoras de película
El sector está compuesto por técnicos en química, supervisados por una ingeniera química, lo que garantiza la realización de los procesos con rigor técnico y precisión analítica. «El trabajo conjunto entre el LDS y el LCQ representa el compromiso de Colorfix con la innovación, la calidad y la satisfacción de los clientes. Cada colaborador involucrado en estos laboratorios desempeña un papel esencial para que la empresa siga destacándose en el mercado, uniendo tecnología y conocimiento en cada grano de color producido», destaca Janin.